El coronavirus que nació en China a fines de 2019 se expandió demasiado rápido al mundo globalizado y llegó demasiado rápido a un país que no había ni siquiera intentado salir de la crisis cuando tuvo que cerrarse y mandar a su gente a guardarse en sus hogares, en una cuarentena que para algunos son dos semanas pero que ya está siendo una verdades, con más de un mes y diez días del “quedate en casa”.

En ese contexto, de poco movimiento, poca transitabilidad y pocos rubros habilitados para trabajar, todo se ha ido trastocando. Argentina no tiene la espalda de otros países para soportar que su gente se quede sin trabajar tanto tiempo, y los problemas, pese a los intentos del gobierno nacional de cubrir todos los baches, van llegando.

Semanas atrás nos cruzamos con la secretaria de Hacienda municipal, Gisela Romera, y le preguntamos cómo venía la coparticipación. No dio números; pero el gesto de su cara evidenciaba que la cosa no venía bien. A eso hay que sumarle que por ese entonces el municipio todavía no había habilitado el Cine Avenida para el cobro de sus propias tasas, una recaudación que también ha mermado por obvias razones, pese a que mucha gente se preocupó por pagar su contribución al Estado municipal y durante estos días se han visto colas para cancelar las deudas.

El municipio estaba atento a los anuncios de Nación y Provincia sobre las ayudas extras que iban a llegar en este contexto de Covid-19. Pero han llegado y no han sido lo suficientes que se esperaban, por lo que el intendente Marcos Pisano tomó la decisión hoy por la tarde de enviar a depositar los salarios de todos los empleados municipales, y dejó en stand by los de los funcionarios que tienen cargos políticos (secretarios y directores) y de los concejales.

En horas de la tarde de hoy  Pisano llamó a cada uno de los miembros de su Ejecutivo para comunicarles que llegó el momento de arremangarse, que hay que priorizar el salario de los empleados y que la planta política deberá esperar unos días más. No muchos, se calcula que la semana que viene estarían depositados también (cualquier trabajador privado percibe su salario del 1 al 10 de cada mes).

Según pudo sondear LA MAÑANA, hay un apoyo total de su equipo al intendente. Todos entienden que es momento de que los trabajadores perciban su salario con normalidad y que el resto, los jerárquicos, esperen. Es esta una prueba de fuego para el intendente, que por primera vez pone a su Ejecutivo ante esta situación y recibe el respaldo absoluto de quienes se desempeñan en cargos que son pura y exclusiva decisión suya, más allá de que todavía hay algunos que ingresaron durante la gestión de Bali Bucca (2011-2017) y todavía continúan. Pisano les informó también a los representantes de los gremios municipales, y desde Belgrano 11 manifestaron que hubo entendimiento de la situación de parte de los sindicalistas.

Desde el municipio están convencidos que todos los empleados municipales de planta percibirán el salario como cada mes (se les deposita el último día hábil). También aclararon que por cuestiones de transferencia bancaria algunos pueden llegar a visualizarlo antes que otros en sus cuentas a través de Internet o yendo al cajero; pero que es una cuestión meramente operativa.

Otros municipios han tomado esta misma decisión, que es la más razonable. En otras comunas, en cambio, el dinero no alcanzaría ni para pagar a los asalariados de planta permanente.

Históricamente se ha dicho que la afectación presupuestaria de un municipio no debería ir más allá del 50% destinada a salarios. En el caso de Bolívar ya en tiempos de Juan Carlos Simón intendente se estaba por sobre ese porcentaje, y hoy es aún mayor, por todo lo que ha crecido también la comuna en servicios que brinda a la comunidad. Ya lo decía Beto Rivas en sus alocuciones en el Concejo Deliberante, que esto era un problema, y que en tiempos normales no hay mayormente problema; pero en tiempos de crisis esto se resiente.

Sin ir más lejos, con lo que Bolívar recauda con sus propias tasas (supongamos que tuviera una cobrabilidad del 100%) no le alcanza para pagar los sueldos de los empleados, depende sí o sí de la coparticipación provincial, que en tiempos normales llega con algún retraso, y en tiempos de pandemia mejor ni imaginar.

Hay municipios que previendo esto han avanzado en una tasa sobre el sector agropecuario (Castelli es un ejemplo que llegó a la Justicia y le terminaron dando la razón a su intendente). En Bolívar eso hoy no estaría en los planes y Marcos Pisano intenta hacer frente de la mejor manera, cumpliendo con los salarios de los empleados de siempre, haciendo aguardar a los que ganan un poco más y esperando que en el horizonte aclare el panorama para que esto no se vuelva a repetir a fines de mayo.

Angel Pesce