“Usted nos hace acordar al padre Cayetano Palazzolo”, suele decirle la gente en la calle al padre Mauricio Scoltore, cura de la Parroquia San Carlos desde hace poco más de 5 años. Y la verdad es que de los párrocos que hemos tenido en el último tiempo, ha sido el más entrador en distintos puntos de la comunidad, sin problemas, y ha tenido una recepción en la gente que hace que le digan frases como la del comienzo.

Pero así como los gerentes de banco tienen fecha de vencimiento en el destino asignado, los curas también. Palazzolo obviamente que fue una excepción, sólo le faltó el título de propiedad de la Parroquia, y con Scoltore pensábamos que podía llegar a ser parecido; pero hace unos días le llegó la comunicación oficial desde Azul que será removido y que su próximo destino sería la parroquia de Roque Pérez.

El cura dijo que “no se puede hacer nada, esto ya está decidido y tuve que aceptar la disposición del obispo”, un poco anticipando que cualquier manifestación que se quiera hacer por retenerlo sería inútil.

Scoltore sospecha que el obispo lejos de “castigarlo” enviándolo a Roque Pérez, lo manda hacia allí para que esté más cerca de Buenos Aires y de esa manera pueda terminar la carrera de Derecho Canónico de la que el cura saladillense adeuda algunas materias.

Los párrocos son dispuestos en cada lugar por seis años, y algunos renuevan su destino pero otros no. En febrero sería la despedida del padre Mauricio quien, reconocido por buena parte de los bolivareses, después de Palazzolo fe el que más se hizo querer y se metió en la comunidad. Ya comenzamos a extrañarlo.