Un grupo de amigos, amantes de la Aventura, emprendieron un nuevo viaje, como lo hacían casi de manera ininterrumpida previo a la pandemia, para recorrer en moto distintos puntos del país a través de travesías que generalmente van por caminos que poco tienen que ver con lo que cualquier otro turista tomaría. Marcelo Reyes, Carlos Dotta, Matías Gajate, Adrián Martínez y Daniel Ortiz son quienes fueron parte de este raíd que como ellos dicen lo comenzaron a vivir diez días antes, lo vivieron durante diez días y lo siguen vivienda al menos hasta diez días después, cuando el cansando del cuerpo les sigue recordando esas curvas, bajadas, subidas, y la memoria y las fotos los llevan a lugares y experiencias inigualables.

Nos juntamos con tres de los aventureros para que contaran sus historias e hicieron un detalle de lo vivido, que pasamos a estilo periodístico en el relato que les contamos a continuación, casi en primera persona.

Contaron: “Somos un grupo bastante numeroso que nos gusta conocer lugares y compartir vivencias. Lo que nosotros hacemos no es una competencia, nadie gana ni pierde, en realidad sí, ganamos todos”. Aclararon que “como el grupo tiene vida propia, hay varias salidas y no siempre somos los mismos, ya sea por tiempo o por compromisos”.

Agregaron que “forman parte de nuestro grupo los chicos de Bonifacio, generalmente hacemos una salida principal al año y luego varias en fin de semana o domingos”. Y como se dijo en la introducción, no van por caminos fáciles: “Transitamos por caminos rurales, secundarios, huellas, haciendo campo traviesa, enduro, evitamos el asfalto”.

A la hora de elegir la ruta, esta vez miraron hacia la cordillera: “Decidimos ir al norte neuquino y sur de Mendoza. Ibamos a ser alrededor de 10 amigos, estaba previsto hacerlo en abril, fecha límite por las temperaturas en la cordillera; pero se complicó con reclamos y cortes de ruta en la zona de Neuquén, tuvimos que desistir pese a tener todo armado. La fecha pasó para fines de noviembre, íbamos a ser 6, terminamos siendo 5”.

La travesía “Cordillera 2021” constó de 10 días y 5 recorridos con dos o tres lugares para hospedarse y dos enlaces en camioneta con los vehículos en la caja y el tráiler. “Con el recorrido ya determinado, reservamos el alojamiento y partimos el 19 de octubre a las 5.30 horas y llegamos a Huinganco a las 23”.

Recorrido 1: Huinganco, Andacollo, El Cholar, Volcán Tromen, Buta Ranquil, Chos Malal, Huinganco, 320 kilómetros. “Tuvimos algunos inconvenientes, uno de los chicos ´compró terreno´ en una bajada pero felizmente sólo fueron heridas de guerra. También otro sufrió la doble rotura de la cámara de una cubierta por una gran piedra. Arribamos al campamento a las 23 horas”.

Recorrido 2: Huinganco, Varvarco, Cajón del Atreuco, Los Bolillos, Los Tachos, base del volcán Domuyo, El Humazo, 270 kilómetros. “Nos encontramos con hielo y nieve sobre los caminos. Una de las motos cortó 12 rayos de una llanta, por lo que hubo que dejarla en un puesto y pasar a buscarla al otro día. También se torció la dirección del cuatriciclo; pero lo pudimos solucionar y siguió. Regresamos a las 23 horas”.

Contaron que el día siguiente lo tomaron para descansar y solucionar problemas: “Dos del grupo fueron a buscar la moto y los tres restantes nos quedamos a solucionar el tema de los rayos. Felizmente la moto se pudo arreglar ese mismo día para continuar la travesía al siguiente”.

Recorrido 3: Huinganco, Andacollo, Las Ovejas, Mirador La Puntilla, Manzano Amargo, Cascaga La Fragua, Lagunas Varvarco Campos y Tapia, nacimiento del Río Neuquén, Cajón de los Nevados, Aguas Calientes, Varvarco, Huinganco, 320 kilómetros. “Pasamos varios vados con más de 70 centímetros de agua de deshielo con importante correntada, huellones, barro, piedra. Impresionante el ascenso y descenso de la cuesta de Los Nevados. Llegó un punto en que no pudimos seguir porque la nieve cortaba el camino. Al regreso paramos en las termas naturales de Aguas Calientes, provenientes del volcán Domuyo”.

El siguiente fue un día de enlace: “Cargamos las motos y nos fuimos de Huinganco a Barrancas”.

Recorrido 4: Barrancas, Río Barrancas Arriba, entrada norte del Cajón de los Nevados, 270 kilómetros. “El camino se tornó serpenteante, por momentos de corniza –continuaron contando-, cruzamos varios arrieros y su ganado. Regresamos temprano y asamos un chivito, esa noche nos robaron un par de botas y un casco de la zona de cabañas”.

Recorrido 5, 200 kilómetros: “Movimos hasta Salto del Agrio –siguieron relatando-, impresionante lugar; luego nos fuimos a las Termas de Copahue, rodeadas de nieve con piletones humeantes, burgujeantes, con diferentes temperaturas y minerales provenientes del volcán, sauna natural incluido. Algunos hicimos el recorrido de la Siete Cascadas mientras otros durmieron la siesta”.

Fue hora de emprender el regreso, que comenzó a -2° y una vez que atravesaron la provincia de La Pampa ya estaba en 30°, de pleno invierno a pleno verano en cuestión de horas y kilómetros, todo dentro del mismo país.

El viaje terminó, pero como ellos mismos coinciden, las experiencias, las vivencias, los paisajes, quedan para siempre. Coinciden en que el viaje comienza antes y termina después, no se puede desacelerar tan rápido, porque fueron 10 días anormales en la vida de ellos, porque la rutina de todos esos días no es la mía que el resto de los días del año, el cuerpo se acostumbra y cuesta desacostumbrarlo bruscamente.

Algunos lo tildarán de locura lo que han hecho, una sana locura de un grupo de entusiastas, bolivarenses en su mayoría, que a su manera, sin alejarse demasiado de su lugar de residencia, le encuentran la vuelta a disfrutar de lo que les gusta y despuntar el vicio en una travesía larga al menos una vez al año. Esperemos que la pandemia les permita un nuevo raíd en 2022 para que traigan y cuenten nuevas vivencias.

Angel Pesce