Es que si uno mira el cartel de la foto pareciera que la calle Pringles sube hacia la derecha, sube sobre el nivel del mar, más que de numeración. La verdad es que ahí Pringles comienza y sube de numeración hacia el otro lado, porque del otro lado de San Martín ya es Dorrego.

No es el primer cartel señalizador de calles que está torcido y no se sabe si es porque alguien los torció o porque fueron colocados con una base débil y al menor roce se doblaron. Lo que más llama la atención es que fue un trabajo que se hizo hace muy poco tiempo y ya pareciera que hay que volver a fijarlos. Y para ello el municipio hizo una inversión importante en materiales y horas hombre, hay de estos cartelitos en casi todas las esquinas de la ciudad, algo que no se vio en gestiones municipales anteriores, incluso en algunas esquinas hasta dos carteles.

Los carteles tienen buen reflejo de noche con ese color amarillo intenso, al menos en la planta urbana son todos iguales y fueron construidos por internos de la Unidad 17 de Urdampilleta; pero el problema está en la base. A diferencia de lo que decía el Bambino Veira, la base no está, al menos no lo sólida que debiera.

Angel Pesce