“Es ser valiente, en este contexto de capitalismo feroz y mercantilización de la educación, hablar de pedagogía de la ternura, de la esperanza; poner la otra mejilla; enseñar a pensar, luchar y creer en un mundo mejor”. La definición del ser docente hoy, según Liliana Díaz y Silvana Alcaraz, del SUTEBA Bolívar, que acaba de cumplir treinta y cuatro años. Todo aquello, “con la bandera de la utopía que siempre ha portado ese gran transformador de la cultura que todo maestro es”, tanto más “en este mundo cada vez más deshumanizado”, remataron las dirigentes, en entrevista exclusiva con este diario en el contexto de un nuevo Día del Maestro.

El lunes 28 de agosto SUTEBA Bolívar cumplió 34 años. ¿Qué tuvo de especial esta celebración?

Silvana Alcaraz, secretaria general de SUTEBA; en el gremio desde 2010, amadrinada por la ex jefa del organismo, Roxana Sánchez:  - Entre todas las cosas que estábamos haciendo, reclamos y pedidos de acompañamiento, fue necesario recordar todo lo que en paralelo se ha venido realizando. Revalorizar el trabajo, y agradecerles particularmente a todas las personas que estuvieron en el comienzo del gremio, en la fundación. Revalorizar todo ese recorrido, y a la vez trabajar. No fue la fiesta, no hubo torta ni champán, justamente porque estuvimos abocadas a muchas cuestiones. Sí saludamos en las redes, pero no hicimos esa fiesta que es necesaria, y que ya llevaremos a cabo. Siempre con el eje en buscar formas de mostrar lo que se desarrolla y lo que es necesario seguir desarrollando, para que la derecha no se meta entre nosotros. (Cabe acotar que dos días después, el 30, el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación, el SUTEBA central, celebró sus treinta y siete años de existencia).

Esa ha sido una característica de SUTEBA: a la par de hacer lo que tienen que hacer como gremio, poner en valor todo el recorrido de estos años, no dejar de educar, de relatar, de historiar.

Liliana Díaz, secretaria gremial del SUTEBA, gremio al que ingresó en 1999 de la mano de Mara Pérez, una dirigente histórica local:  - Son tiempos complejos, y hay que estar siempre diciendo quién sos, de dónde venís y para qué, con el estandarte del legado de nuestro gremio, que es Memoria, Verdad, Justicia. Este año se cumplen cuarenta años de la recuperación de la democracia, y trabajar la memoria es más que nunca un imperativo, frente a los discursos que circulan. Por eso siempre ponemos en vigor una serie de actividades relativas a la memoria histórica, para las que contamos con el fuerte compromiso de un grupo de jubilados/as del sindicato. Hablar de quiénes somos; promover los valores democráticos y seguir educando desde lo colectivo, de eso continúa tratándose.

Pareciera que hablar de historia, de memoria, de derechos humanos, hoy aburre o provoca rechazo, como si hubiera en esa dirección una especie de nefasto consenso que ha ido extendiéndose como una mancha de aceite. ¿Cómo seguir luchando en un contexto así?

Díaz: - Han banalizado los términos, se han apropiado de ellos desde un lugar muy peligroso.

Aparecen negacionistas a las cuatro de la tarde en la tele diciendo barrabasadas que no hubiesen tenido cabida hace apenas diez años. Pues hoy se siguen, se reproducen y hasta parece que es cool adherir. ¿Qué hacer, cómo plantarse?

Alcaraz: - Hay que seguir estando presentes en las escuelas, a través de nuestro trabajo cotidiano, pero también llevar adelante charlas, jornadas, capacitaciones permanentes. Estas jubiladas que nos acompañan son muy fuertes, han pasado por la Carpa Blanca, han estado en la calle, y perseverar allí es fundamental para acompañar nuestra palabra, nuestro discurso y el posicionamiento histórico y actual de nuestro gremio. Desde el discurso tenemos una voz, pero no sólo es para la foto nuestra postura, sino que la mantenemos y la enriquecemos con acciones a lo largo de todo el año. Tenemos una voz fuerte gracias a nuestras compañeras, y nuestro compromiso es prolongar ese legado, no podemos quedarnos con lo que ellas hicieron. Capacitaciones, jornadas, acción cotidiana, acompañamiento en escuelas y presencia en la calle, de todo eso se trata.

El que está convencido pelea siempre, sabiendo que la historia son olas que suben y bajan, y que a veces hay viento a favor y a veces en contra, pero la lucha está por encima de esos vaivenes.

Díaz: - El otro día un amigo me recordaba la metáfora del colibrí, que va apagando el incendio de a poquito. Cada cual hace su parte, y eso requiere de muchísimo compromiso social. Hoy ser maestro tiene un valor importantísimo, que lo ha tenido siempre, y que tiene que ver con una responsabilidad ética y política no sólo con sus estudiantes sino con toda la comunidad. Somos quienes debemos llevar hoy la bandera del respeto en un mundo cada vez más deshumanizado, frente al desafío de la inteligencia artificial y un montón de cuestiones que obligan a repensar nuestro trabajo. Cuáles son las disputas de intereses, qué se discute en la escuela, qué en el sindicato, cuál es la agenda social, en todo eso tenemos que estar, siempre sin corrernos de nuestro eje. Esta memoria del SUTEBA es lo que nos permite, nos invita y nos compromete a posicionarnos en ciertos lugares, vinculados con la defensa de la escuela pública, de nuestros estudiantes y nuestros compañeros, y a pensar dentro de la tríada verdad-memoria-justicia, revalorizando los derechos humanos y la democracia. Muchas banderas tenemos para levantar, en tiempos muy fuertes.

Alguien puede llegar a creer que el negacionismo es el nuevo sentido común, pero el que lucha sabe que todo proceso tiene marchas y contramarchas, y quizá dentro de un tiempo nos encontremos parados en otro lugar, en medio de otro contexto.

Díaz: -Quizá dentro de poco, porque los tiempos corren… Hay que ver por dónde pasan los proceso de socialización de los jóvenes, es decir Twitter, TikTok. ¿Cuáles son las nuevas configuraciones culturales de las infancias con las que trabajamos? No hay que ser ingenuos, hoy pasan por otros lados.

Alcaraz: -Y en eso SUTEBA está un paso adelante, cuando pensamos en las condiciones de trabajo, las formas de comunicación, en cómo se forma el sentido común. Con nuestras capacitaciones y jornadas, en las que buscamos fomentar el pensamiento crítico de nuestros docentes, para que luego irradien todo eso hacia sus estudiantes. Ese pensamiento crítico se genera no opinando igual que uno, sino revisando la historia, produciendo que el resto opine con argumentos, no a partir de fuentes de información vinculadas con lo efímero.

El lunes 11 -hoy- se celebrará un nuevo Día del Maestro. ¿Qué es ser maestro/a hoy?

Alcaraz: - Creo que es estar posicionado, creo que debemos tener un posicionamiento ético, en relación a la historia, a nuestra ideología, con argumentos. Cada uno de nosotros tiene una ideología, algo que quiere transmitir, somos seres políticos y como docentes debemos entender eso. Y ese posicionamiento no implica adoctrinar a nadie, sino fomentar que nuestros compañeros y estudiantes puedan plasmar también una toma de posición fuerte, con sus fundamentos. Y ser maestro hoy es acompañarlos y acompañarnos entre todos, porque vienen tiempos de mucha lucha.

Díaz: -Ser maestro hoy es un desafío constante, es una gran aventura, es un acto de valentía. Me toca estar en el lugar de formadora de futuros docentes, y hoy veo un gran compromiso de valentía. Porque es ser valiente, en este contexto de capitalismo feroz y mercantilización de la educación, hablar de pedagogía de la ternura, de la esperanza; escuchar las situaciones de violencia que atraviesan los estudiantes y sus comunidades, la crisis económica; poner la otra mejilla; comprometerse en generar redes de contención; enseñar a pensar, a luchar y a creer en un mundo mejor. Todo, con la bandera de la utopía que siempre ha portado el maestro, ese gran transformador de la cultura que todo maestro es.

Chino Castro