7 de abril de 2025
Está disponible 'La Rosaura, Abya Yala".
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por
Chino Castro
Carlos Romano escribe con fruición. Como siguiendo los pasos del maestro César Aira, lanza libros de a puñados, y en poco tiempo ya tiene varios circulando y otros tantos que esperan turno, junto a historias que se agolpan en su cabeza y que le piden pista haciéndole tronar las sienes. (A propósito de Aira: es el autor de la frase "publicar, luego escribir". Toda una provocación de alguien que se sabe prolífico).
El que tiene ahora entre manos Romano es La Rosaura, Abya Yala: descubrimiento, conquista y extinción, Virreinato, fortines, soldados, gauchos. Un volumen de casi ciento sesenta páginas dedicado a "quien tenga la curiosidad de leerlo", como dice en las páginas de presentación, y que quizá encienda las fogaratas de la discordia, porque el autor supone que aparecerán voces a cuestionar la idea que él expresa sobre un tema siempre mordiente.
El libro fue dado a luz en los talleres de la bolivarense Impresiones Centro, de Ignacio 'Nacho' Bedatou, y estará a la venta en Mundo Gurí desde estos días, a un valor a definir. Es su cuarta obra publicada, y se lanzaron cincuenta ejemplares en esta primera tirada.
Te lo imaginás polémico a este trabajo, ¿por qué?
- Abya Yala era América antes de que llegaran los españoles. Ellos no le dieron pelota ni al nombre, ni a los indios, ni a nada. Colón llega y para mí ahí radica la primera polémica, porque él sabía que acá algo había. Yo lo explico en el libro, él había leído algo y sabía. Si te ponés a pensar lo que recorrió, lo que había que recorrer para llegar acá, no iba a venir por las dudas. Y yo creo que cuando entra ya empieza la extinción del indio. Los españoles destruyeron lo que había acá. El libro da cuenta en su inicio del momento en que "los primeros pobladores ingresaron a América, hace miles de años", y del periplo que trazaron hasta alcanzar nuestra zona, en la que "había indios, pero menos que en la región central (del continente), que era más calurosa y ofrecía mayores facilidades para vivir", relató Romano sobre un volumen que no es un ensayo ni una investigación de rigor sociológico, pero que abreva en la historia para nutrir sus páginas y como trampolín de una escritura que se lanza a la ficción.
Tras referirse al descubrimiento, la conquista y la extinción, que "empezaron juntos", el libro se adentra en el momento de la creación de los virreinatos. "Cuando no podían más, dan origen al Virreinato del Río de La Plata. Y ahí comienzo a contar lo nuestro, y hablo de los gauchos, que empezaron a cazar para los fortines. En ese ámbito de gauchos que van a los fortines casi de prepo, se inicia la novela, La Rosaura", un texto de "ficción relativa", ya que "se trata de algo que pudo haber ocurrido", anticipó el autor, en tono más bien enigmático.
¿Y qué cuenta La Rosaura?
- Un romance. Cuenta cómo 'enganchan' al protagonista a un fortín; cómo hace la vida de fortín, hasta que llega la famosa batalla de San Carlos, participa ahí, son liberados los gauchos del fortín y vuelven a su lugar de origen, La Rosaura, y en ese sitio surge un romance.
Retomando la idea de que la obra podría excitar los sensibles aguijones de la controversia al clavar una cuña en la versión 'oficial' de la historia, Romano anticipó en charla con este diario que en las páginas de su flamante creación se refiere críticamente a la noción de que los españoles trajeron el progreso a la región, la voz dominante y dominadora a través de más de cinco siglos de culturización: "Llegaron a pueblos organizados. Sí, se dice que proveyeron más adelantos, pero los indios se bañaban todos los días y ellos nunca, y además acarrearon enfermedades", descerrajó.
Carlos Romano ya tiene listos dos libros más, uno de humor y una novela, basada en un hecho real.
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BOMBEROS
Había mucha actividad puertas adentro del club cuando surgió el inconveniente. No obstante, no sufrió modificaciones.