15 de abril de 2024
Fue inaugurada el viernes en el auditorio de La Rivadavia la exposición de cuadros de Marith Gilardi, una figura histórica de la cultural bolivarense. Ocurrió en un fin de semana especial, ya que un día después la Biblioteca dio a conocer sus nuevas instalaciones, vale decir el entrepiso y el puente que comunica ambos laterales, en el salón principal del inmueble de Las Heras 80.
Para la apertura de la muestra de cuadros, se invitó a interesados en general a recorrer la galería, donde brillan las obras de Marith. Los cuadros, que permanecerán en exposición la semana que viene, fueron prestados por las familias y vecinos/as bolivarenses a las que pertenecen. Entre otros y otras, Mabel Oguiza, Dorita Palomino, Marcela Mosquera, Alejandra Tello, Alicia Brest, Cristina Torres, Raquel Giffoni, Lucrecia Liboreiro y Julio Fal.
En la ocasión, habló justamente Julio Fal, presidente de la Biblioteca Rivadavia, y luego la artista plástica Agostina Sosa, quien expresó lo siguiente:
“En 1971, Linda Nochlin, una profesora norteamericana, escribió un artículo titulado ¿Por qué no han existido grandes mujeres artistas? Desde entonces hasta la actualidad la historia del arte ha sido revisada, analizada y criticada desde una perspectiva feminista que evidenció el lugar diferencial asignado a las mujeres a lo largo de la historia de la cultura occidental.
La necesidad de rescatar nombres femeninos que se han olvidado, hoy es más que una simple revisión de un capítulo de nuestra historia, es un acto de justicia y supervivencia.
Con pequeñas acciones artísticas, desde la organización de una muestra a una pintada colectiva en el espacio público, los nombres de nuestras artistas locales van resurgiendo y llegando a nuevos públicos.
Hoy estamos rodeados de una pequeña parte de toda la obra que Marith Martha Gilardi generó en su vida y sobre todo en los años que estuvo viviendo en nuestra ciudad. Esta artista plástica, cuya amplia obra se caracterizó no sólo por dibujos, sino también por lienzos pintados con témpera y óleos, y por la realización de murales, nos dejó una pequeña e importante huella artística que tenemos la obligación de rescatar y visibilizar.
Su obra pictórica fue expuesta en numerosas localidades de la provincia, como 9 de Julio, Olavarría, Luján, Mar del Plata y en Capital Federal. Llegando incluso a participar del Salón Nacional en 1953 y 1957.
En Bolívar, además de generar una enorme cantidad de obra pictórica, Marith participó del Movimiento ‘68 cuya formación tuvo lugar en el Salón regional de Pintura que se realizó en la Municipalidad en 1967. Aunque todavía no hay un buen registro de los doce murales que se realizaron en aquel encuentro, sí sabemos que Marith formó parte del jurado representando a la Comisión organizadora, y que de los doce muralistas seleccionados, la única artista de Bolívar que se eligió fue otra pieza importante de nuestras raíces culturales: Nidea Danessa.
En Bolívar se conserva actualmente un solo mural de Marith Gilardi que el tiempo, la falta de cuidado y de reconocimiento, han ido marcando, maltratando y deteriorando. Se encuentra en el Instituto N°27.
Además de las obras que nos rodean, tenemos dos pinturas de gran tamaño muy importantes en el patrimonio de la ciudad, una en la entrada de la municipalidad, titulada ‘‘Nacimiento en la Epopeya’’, realizada junto a la artista bolivarense Silvia Crespi, y ‘‘El Quijote’’, realizada en 1972, que se halla en el gimnasio del Colegio Cervantes.
Pero Marith no se desempeñó solamente como artista, su biografía es un poco más amplia. En la actualidad son muchos quienes la recuerdan por su trabajo como docente, pero son muy pocos los que saben que fue directora del museo Florentino Ameghino durante el año 1974 cuando este dependía de la Dirección de Museos de la provincia de Buenos Aires.
Tanto la biografía como el registro de su obra, hoy en día se encuentran incompletos. La trayectoria de esta artista es mucho más amplia pero la falta de registros no hace más que poner en evidencia el trabajo que resta por hacer, no sólo por ella sino por todas las artistas que aún no conocemos.
Hace siglos que repetimos y promovemos un relato oficial de las artes que les ha conferido a las artistas mujeres un lugar muy limitado como sujetos productores y cada pequeña acción que rompa el repetitivo papel subsidiario que han ocupado en la historiografía, nos acerca no sólo a nuestras raíces desde una mirada más justa, sino también construye un futuro de posibilidades para las generaciones actuales y las venideras".
Como dato de color, cabe agregar que casualmente en estos días, Matoya, la hija de Marith a quien muchos bolivarenses quieren y recuerdan, expone sus obras en El Bolsón, Río Negro.
Ch.C.
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