SOLIDARIDAD. Una conmovedora e histórica colecta por Bahía Blanca tuvo lugar en la Unidad 17 de Urdampilleta

La cruel inundación sufrida por Bahía Blanca, que despojó a muchos de sus habitantes de sus efectos personales, pertenencias y hasta sus propias historias familiares, conmovió a todo el país. Por ello, se sumaron manifestaciones de solidaridad desde todos los ámbitos, algunos de ellos inesperados quizás.

La Unidad Penal Nº 17 de Urdampilleta marcó un claro ejemplo en ese sentido, porque allí tuvo lugar una movilización que, por sus motivaciones y sus resultados, sencillamente emociona y nos llama a la reflexión.

Todo nació en una idea generada por los agentes penitenciarios preocupados por la situación de sus pares de la Unidad 4, con asiento precisamente en Bahía Blanca. Ellos también sufrieron los efectos devastadores del temporal y se transformaron en sujetos necesitados de ayuda. Por eso, Urdampilleta puso en marcha una colecta puertas adentro del penal y esa iniciativa fue tomada como propia por el grupo de catequesis de la unidad carcelaria.

Daniela Gerea, Raúl Mestre, Anabella Marconi y Tata Moncani forman parte de este equipo de catequistas, quienes solicitaron autorización para sumar a los internos a esa campaña que, muy rápidamente, cristalizó positivamente. Así, comenzaron a sumarse donaciones provenientes de los distintos pabellones del penal que se fueron acumulando en la capilla San José, ese refugio de amor que precisamente este miércoles 19 cumple cuatro años desde su inauguración.

La campaña, que se realizó bajo el nombre "Todos Unidos por Bahía Blanca SPB" colectó donaciones desde el lunes hasta el jueves pasados y el viernes dos camionetas del Servicio Penitenciario Bonaerense emprendieron viaje rumbo a aquella ciudad. La propia jefa de la Unidad 17, Eugenia Barrionuevo, encabezó esta comitiva, que llegó en viaje directo a la Unidad 4 donde descargaron parte de las donaciones colectadas.

Sin embargo, y al chocarse con una realidad tan crítica, con las mismas camionetas comenzaron a distribuir esas mercaderías entre familias que las necesitaban significando "una experiencia en lo personal muy movilizante, porque me tocó ver en persona la situación tan difícil por la que están atravesando nuestros conciudadanos y los compañeros de Bahía Blanca", dijo a este medio Barrionuevo, quien visiblemente conmovida aseguró que "es muy triste ver las calles llenas de muebles y objetos que ya no sirven más. Nosotros llevamos nuestro granito de arena, pero sentimos que no alcanza, porque seguramente necesitarán mucha ayuda más. Se trata en muchos casos de volver a empezar".

La experiencia vivida fue muy enriquecedora para los propios internos del penal. Uno de ellos, en un mensaje de audio que envió a uno de los catequistas, dijo del inmenso agradecimiento que sienten por haber podido participar de este acontecimiento que califica como "histórico", resaltando la buena predisposición de todos los privados de la libertad para unirse detrás de un objetivo solidario. "Esto me llenó el alma; nada está perdido", expresó.

"De toda esta acción solidaria destaco que nos unimos para ayudar. Nos unimos como Servicio Penitenciario Bonaerense, sin importar si son internos o personal. Todos teníamos el mismo objetivo, que es ayudar a Bahía Blanca. Los internos confiaron en nosotros y nosotros cumplimos en llevar sus donaciones a quien las necesitaba. Es muy lindo el trabajo que hace el equipo de catequistas. Me admira realmente su tarea diaria. Hay que creer. Creer en Dios, en el perdón de Dios, apoyarnos en la reflexión y ser cada día un poco más humanos", cerró el diálogo Eugenia, quien es la primera mujer en la historia en asumir la Jefatura de una Unidad Penal.