11 de agosto de 2024
por
Dr. Felipe Martínez Pérez
El asunto es que parece
que no amanece nunca. O sea, que a este paso, tiempo perdido otra vez. Y se
empeña en subirse a los aviones, cuando los señores y señoras que piden venir a
la Argentina a realizar negocios no necesitan que nadie vaya a hablar con ellos,
todos juntos, para que se noten los que no estaban. Pero aquellos, juntos o
separados, conocen mejor que nadie lo que pasa por estos lares; y solo quieren
las cosas claras y a invertir, o a otra cosa. Pero siempre hay algo que se opone
para estar mejor, y nunca nadie quita la traba para no tropezar. El sino de
Argentina. Y en eso tiene mucho que ver, una de las cosas que nunca he
entendido, por más que lo intento porque en ello está siempre en juego la
Argentina, que se dice pronto, y que bien mirado siempre es en contra de
Argentina y principalmente de los argentinos que trabajan; Se trata de eso que
siempre los mismos hacen lo mismo. Es decir, eso de que el dólar sube y baja
porque se le canta a él ,al dólar, y te hacen creer que lo mueve el
mercado. Menos mal que no se les ha ocurrido aseverar que lo mueve el viento,
aunque bien mirado y siempre es el descalabro que hace correr por las venas
patrias algunos mal nacidos.
En una palabra, cómo
puede ser que para salvar el país haya que vender dólares o que para mantenerlo
haya que vaciar de dólares el banco central o periférico. O resguarda el oro en
otro país que no es justamente amigo ni muy amigo. La verdad que no entra. Y no
es necesario saber economía para tomar conciencia que es el verso de siempre
con hermosos hemistiquios, pero que funden los bolsillo de los que trabajan;
porque si el banco vende es porque alguien compra y si fuera para salvar la
patria comprarían los patriotas.
Y ya en consecuencia, uno
toma conciencia que todo es una mentira que abulta los bolsillos de verde de
los mentirosos. O sea, que este señor de las herramientas y de los aviones y
que al parecer no da pie con bola, y al día de hoy no ha fundado un solo puesto
de trabajo; y al día de hoy no se diferencia de ninguno de los que han pasado y
al día de hoy la gente se está cansando. Y por si fuera poco a los que con
nuestro voto sacamos de la patria es justamente a los que nuestro presidente
ama; y que paso a paso se les acerca. Y en consecuencia algo no anda bien y como
es de suyo, los políticos argentinos no saben, por costumbre, hacer otra cosa
que ir en contra de los argentinos. Y para muestra este botón actual, que nunca
se sabe para dónde va caer, si cara, cruz o perfil.
O sea que con el dólar de
todos son tan desprendidos, que a diario van a parar a apocas manos por las
famosas intervenciones en el mercado cambiario que por estas pampas es una
costumbre que viene desde la primera vez que vieron un verde. Porque lo que
gente nunca se pone a pensar que esos que se desprende es la palabra que usan
los que lo mueve a algún lado va a parar y va a los bolsillos de los que están
en el ajo. Saben que mañana es el día porque ayer también fue el día. Lo del
dólar que se mueve solo es lo peor que desde siempre le sucede a Argentina y
que no sucedería si el dólar, y uno solo, valiera lo que sea, Y anotan como si
tal cosa que Argentina está en rojo. Pero nunca vas a ver a uno de ellos rojo
de vergüenza. Me acuerdo que cuando este señor presidente empezó su andadura yo
que no sé nada de economía escribía que valía setecientos. Pues bien, el
economista de turno, que curiosamente es presidente decía, ochocientos pero yo
acotaba que uno solo; y sin embargo, los anteriores tenían seis o siete dólares
y éste, después de tanto lío, tiene cuatro o cinco.
Y es lógico que todo ande
patas arriba si se juega al dólar en vez de trabajar y ganar en pesos que sería
darle un aire de grandeza a la Argentina, pero el problema es que estamos entre
pequeñajos. Y no hay otra cosa. En una palabra que para abastecer los bolsillos
de los cráneos que disparan el dólar, el Central los vende dólares para que no
aumente el dólar.- O sea, de niños de pecho. Jugando a perder porque en el
circuito con vericuetos siempre pierden los que "se ven obligados a
desprenderse " y ganan los que obligadamente se hacen el negocio obligado,
o sea, una manga de inmorales. Es decir que durante seis meses el banco acumuló
un dinero de importancia para dárselo a los amiguetes que juegan al verde y
cada tanto se lo sacan a la calle para que se pongan contentos.
En Argentina siempre hay
reunión con los vencidos porque nunca ha habido vencedores de verdad, unos
porque son a los golpes y otros porque son de rebote y en contra ; y al rato se
achican a pesar del griterío de rigor. PeDEro para la galería. Porque ninguno han
sido capaz de sacar a país del letargo en que vive. Y en consecuencia va
tirando, porque unas veces asoma el morro y otras lo esconde, pero nunca se se
mete en cana a los rompedores de fuste que es en lo que se han convertido buena
parte de los políticos argentinos; y lo llevan a mucha honra, Total no pasa
nada. Pero al cabo, todos fallan, porque nada saben, o lo saben todo para que
todo se hunda. Y no hay otra, y ahora sin una embajada, y con problemas por el
mundo y donde nos descuidemos otro bombazo. Total estamos lejos del mundo; y
ahora más y la explosión no se escucha.
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