6 de abril de 2025

COLUMNISTA

COLUMNISTA. De esto y aquello

Nota 1662 - (6ª Época).

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por
Dr. Felipe Martínez Pérez

Ya al segundo o tercer mes del mandato del actual presidente que por el diario anda, decía que no había dado un solo puesto de trabajo; y lo curioso es que ahora, a casi dos meses de campaña y tono al uso, curiosamente, continúa sin dar trabajo, y no es que se olvide, sino que busca y espera el famoso numerito, a pesar del desgaste y la tristeza del pueblo todo, desde el de más arriba hasta el de más abajo; depende que hace y sus rindes. Ya decía en dos o tres escritos anteriores que la zorra no está para bailes; pero al parecer a Milei le disgusta la zorra y no sabe de su sapiencia. Al punto que cuando mejor se estaba a futuro de que el dólar siguiera como está ya están los que desean, no esté como está. O sea, lo mismo de siempre; y la gente ya hace tres meses que el noviazgo le está saliendo caro y eso que la mayoría no juega con las famosas moneditas.

El que se bebía los vientos en cualquier momento termina bajo un huracán, a juzgar como se muevan las fichas y eso que muy pocos saben moverlas. O será como el dólar, que se mueve solo. Que te meten cada perro que ya es más grande que un alano. Lo cierto es, que a esta altura ha limpiado el país, pero el pescado sin vender. Y hasta ahora lo más importante es lo de siempre, el monto del pedido, que después no se ve ni en tapar un pozo de la carretera. Triste destino de Argentina, donde los argentinos odian a aquellos que la fraguaron y la trabajaron. Si, hablo de Sarmiento y Roca, y si no cae bien a la buscapina. Y la labraron de sola sol los que vinieron en los barcos; y lo curioso y horrendo es que sus nietos y bisnietos la están rompiendo. Parece mentira que la prole rompa lo que hicieron quienes les trajeron al mundo.

Y una cosa que siempre me llama la atención es que pasa con todo ese dineral que sale o se va del Central para que el dólar no se vaya, a quien le llega, quien se lo queda, porque alguien se los q tiene que agarrar, al menos para que no se lo lleve el viento. Y debe ser un buen negocio, salvar el dólar, pobrecito todo mojadito y frío. Porque en definitiva no se de negocios pero si de negociantes. Que al cabo se les ve el plumero. Porque echar a la calle dólares para espantar el dólar es cosa de tontos o de maquiavélicos; y se me ocurre que no todos son tontos. Por eso es infalible, que una vez que está en marcha el plan económico por llamarlo de alguna manera, de los ganadores y a poco correr ya los que han quedado de a pie tienen la crítica a mano y a pie, también, diciendo por lo regular cosas serias y al parecer razonables, si es que la economía en la Argentina tiene algo de razonable alguna vez.

Y al hilo de esto parece que los de a pie pero con antecedentes tienen la precisa; y el que gobierna la imprecisa. Lo cual no deja de ser alarmante y habría que hacer algo para que de alguna manera, el crítico suba al poder y aliente corazones. Quiero decir que siempre los salvadores son los que no gobiernan; y al parecer, son los perdedores o analistas, y hablo en serio, y en tal caso tendrían que tener todos la altura de ponerse a trabajar juntos y en equipo y ver si alguna vez tropiezan con la precisa. En esta página he escrito y sin vergüenza alguna que dado que todo sale mal y que nadie que está arriba sabe, y que los que saben están abajo, podrían alquilar un premio Nobel en economía por tres o cuatro mes y hacer lo que diga y a otra cosa.

Aunque esto una vez lo hablaba con alguien de los que saben economía, que ya se sabe que por estas pampas todos saben, y así nos va; y me decía que a los dos o tres días ya el nobel andaría perdido. Sin embargo, lo curioso es que cuando la Argentina del trabajo estaba en manos de los inmigrantes las cosas salían mejor y es muy probable que fuera porque todos trabajaban para el país; y para ellos y cada uno. Y esas mareas de trabajo nunca se han vuelto a producir y lo curioso es que esta nación siempre está empezando, al menos en el último casi siglo. Y en conclusión algo no anda bien o las cabezas están torcidas.

Pero de lo que no cabe duda es que los argentinos del presente, pareciera andan siempre dispuestos a errarle. Como si fuera una nefasta imposición del enemigo. Y sucede, que este país es atípico y el dólar se mueve al parecer a sus anchas y con un cierto frenesí; y nadie tiene la culpa. El que está de turno en el Central -que pensaban cerrar decide echar dólares a la calle, que por supuesto como es habitual se han de mover por si solos y se dan el gusto de dejar a semejante nación sin reservas. Y es típico, de manera que será normal que el dólar se levante a la mañana y salga a darse un garbeo por la city. Y mi pregunta es adonde van los miles de millones de dólares, porque el que esto escribe no se cree que se regalan millones por la calle, y todo vuelve a la normalidad. ¿Quién se queda con esos miles de millones de dólares? Y si la cosa es así, por qué nadie va preso. Es decir los miles de millones de dólares que sacaron para que el dólar no suba a donde fueron a parar. Mal no estaría se lo dijera para poder digerir mejor la actualidad.

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