29 de enero de 2025
Si estás interesado en colaborar con el comedor podés comunicarte al 2314-475756.
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por
Facundo Abel
En la calle Cacique Catriel 601, barrio Colombo, ubicado en la ciudad de Bolívar, el comedor "Pequeños Gigantes" se ha convertido en mucho más que un lugar donde los niños y niñas encuentran un plato de comida caliente. Es un refugio de esperanza, un espacio donde la solidaridad y el compromiso de su comunidad hacen la diferencia. Liderado con amor y dedicación, este comedor no solo alimenta cuerpos, sino también sueños, demostrando que, con pequeños gestos, se pueden construir grandes cambios.
Desde LA MAÑANA tuvimos la oportunidad de dialogar con Romina Mendoza, una de las encargadas de llevar adelante el lugar, quien nos contó detalles acerca de su funcionamiento del comedor y los desafíos y necesidades que afronta el mismo día tras día.
"Nosotros estamos solamente los sábados, pero siempre acompañamos a las familias. Me motiva mi pasado, éramos muy pobres en mi niñez y la gente nos ayudaba mucho y hoy hacemos eso, ayudar a los que más necesitan", manifestó y agregó que "el comedor es un lugar donde recibimos a todas las criaturas que quieran venir, siempre estamos y tratamos de acompañar a quien lo necesita, la gente de Bolívar es muy solidaria".
Además de Romina, existen otras personas que colaboran con el comedor. Entre ellas podemos destacar a Hugo Crespo, Soledad Velázquez, Beto Distel y Reynaldo Llamas. También hay dos chicas haciendo pasantías (Milagros y Micaela). Todos ellos están presentes de una forma u otra cada sábado para ayudar y acompañar a todos los niños y niñas que acuden al barrio Colombo.
El comedor tuvo su primer día un 12 de marzo de 2016, hace casi una década. Actualmente son 108 chicos y chicas que acuden al recinto en busca de un plato de comida que les garantice el sustento, pero también de un espacio donde sentirse acompañados, valorados y seguros. Cada fin de semana, el comedor "Pequeños Gigantes" les ofrece no solo alimentos, sino también una dosis de cariño y esperanza que impacta profundamente en sus vidas.
"Contamos con el apoyo del municipio, pero no somos municipales. También Bolívar colabora muchísimo con donaciones de mercadería, de ropa, hacemos feria y con ese dinero pago la luz y el gas, cuando no me alcanza, desde el municipio nos gestionan una orden", expresó y cerró diciendo que "el lugar donde estamos hoy lo hizo Marcelo Tinelli hace 4 años, pero no recibimos nada de parte de él ni de su fundación".
A pesar de los desafíos que implica mantener el comedor en funcionamiento, no faltan los momentos de alegría que llenan el lugar de risas. "Recuerdo cuando nos dieron la oportunidad de llevarlos a conocer el mar, fuimos con 16 chicos. También tengo presente los campamentos que hacíamos en Ibarra, son cosas que no vamos a olvidar. A pesar de que los años pasan, ellos crecen, pero no se olvidan de nosotros y esas anécdotas. Siempre las recuerdan y ahí nos damos cuenta que lo hicimos bien, dejar huellas en ellos es lo más importante", aclaró.
La prioridad máxima del comedor es tener la cantidad de alimentos para abastecer el almuerzo de todos los sábados, pero también se necesitan útiles escolares, entre otras cosas. Asimismo, la infraestructura del lugar es muy importante, es por eso que Romina dijo que "nos encantaría poder hacer las escaleras para llegar a los depósitos y nos gustaría tener un lugar para poder tener armado un ropero comunitario, como así también poder dejar armadas las ferias. Si no hacemos ferias se nos complica juntar el dinero para pagar la luz, ya que los mismos están llegando 33 mil pesos cada uno", cerró.
El comedor "Pequeños Gigantes" es mucho más que un lugar donde se sirve comida; es un símbolo de unión, esfuerzo y esperanza para toda la comunidad de Bolívar. Cada plato preparado y cada sonrisa compartida representan un paso hacia un futuro mejor para los 108 niños y niñas que encuentran allí un refugio. Este espacio demuestra que, incluso frente a las adversidades, la solidaridad y el amor pueden transformar vidas y construir historias de resiliencia y esperanza.
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