Un mes y un día después de que Argentina se consagrara campeona del mundo de fútbol en México 1986, abría sus puertas “Bicicletería” El Paisano, de Norberto Miguel Santos. El 28 de julio de 1986 un Santos herido, físicamente y en el orgullo por el accidente que tuvo cuando se entrenaba en la Autopistas 25 de Mayo en Buenos Aires con el Círculo para afrontar una nueva Vuelta a la Provincia.

Ahí decidió abrir su propio emprendimiento mientras se recuperaba de las lesiones en su ciudad natal. Santos recordó que “empecé con la bicicletería en el local de al lado, donde es Logos ahora. Después de ese gran accidente me vine dos meses a Bolívar a recuperarme, y se me ocurrió la idea de armarme algo para el día que dejara de correr. Donde está la bicicletería hoy en ese entonces funcionaba la sucursal del Banco del Oeste, después fue Banco Olavarría pero se fue frente a la Plaza Mitre y quedó el inmueble desocupado”.

Santos le echó el ojo al local por entonces “de al lado”, “empecé a averiguar y Hugo Garay me dio una mano grande, me averiguó cuánto pedían y con muchísimo sacrificio con Mary, mi señora, lo compramos, y así hasta ahora, 37 años. En esos años se podía comprar, hoy sería imposible porque está muy difícil todo”. El Paisano explicó por qué abrió en donde hoy es Logos: “Yo era muy amigo de Carlos Peret (ex propietario del Bowling Palo 4, ya fallecido), y teníamos un amigo en común que era Orlando Panaro, que a su vez era cuñado de Juan Alvarez, padre de Juan, quien hoy tiene Logos. Juan era el dueño del local y entre ellos me hicieron el puente para poder alquilar”.

El nombre de la bicicletería tiene que ver con el apodo histórico de Santos: “Yo me crié en el campo, en una chacrita que estaba atrás del cementerio, y luego me fui a trabajar al campo de tambero, a los 14 años. Como yo venía del campo a correr en bicicleta, en la bicicletería de Carlos Berdesegar me pusieron ´El Paisano´, y ya me quedó”.

Y aclaró que “Beto me dice la gente del barrio del cementerio y mis familiares. En Capitán Sarmiento me decían ´el Loco´, en San Juan y Mendoza ´el yegua, porque decían que tenía una fuerza bárbara; pero acá siempre fui El Paisano”.

En estos 37 años han pasado varias crisis por el país; pero Santos nunca pensó en bajar los brazos: “Jamás pensé en cerrar la bicicletería, he tenido sí bajones anímicos; pero ni siquiera en 2001 ni en la pandemia pensé en cerrar. La pasamos mal, no sabíamos qué hacer; pero siempre con Mary pensamos en positivo. La nombro a Mary porque éramos un equipo, yo trabajaba y ella en los números, los papeles, los bancos, es un trabajo que no se ve mucho pero que alguien lo tiene que hacer”.

Hoy habrá un festejo como cada año que se cumple. El Paisano dijo que “Mary siempre nos hace una torta, vienen los amigos a saludar, a tomar unos mates. Es un día normal, con la diferencia que tenemos un añito más, y vamos para adelante por muchos más, más ahora que Manuel se ha puesto la bicicletería al hombro, yo ya como que quiero tirar la toalla, empezar a retirarme. Este año me jubilé, Mary también está jubilada; pero con la idea de apoyarlo a Manuel es que sigo. Agradezco la paciencia que me han tenido los clientes en todos estos años, creo que yo también habré hecho lo mío, haciendo las cosas lo mejor posible”.

A.P.