Canciones de dos orillas se llamó el espectáculo, porque abrevó en obras y especialmente el espíritu de las músicas uruguayas y argentinas, a través del abordaje de un cuarteto constituido para la ocasión pero que en escena operó como una banda de amigos. Ellos son Rafa Doorish, en guitarra y voz; Alina De Azevedo, en piano y voz; Agustín Rusillo, en contrabajo, y el invitado especial, Juan Manuel Barrios (convidado por su amigo de Rafa), que se cruzó el charco desde Paysandú para regalarnos una cosecha de sus creaciones.

Esto sucedió el viernes por la noche en La Sala del Piano, hacia los fondos del amplio inmueble del Club Buenos Aires donde hace añares tiene sede Cultura municipal; un cuarto cálido pero no precisamente cómodo (sí, ambas características pueden coexistir), que en la ocasión lució colmado. En la primera parte, Alina (con Rusillo en contrabajo) ofreció obras propias, en voz y piano, que seguramente nutrirán su disco en proceso.

Luego fue el turno de Juanma, con un puñado de canciones propias, y finalmente se incorporó Rafa (acompañado por Alina y/o Agustín según la ocasión), para tocar varias habituales de su repertorio y un estreno. El trovador urdampilletense, que el sábado se presentó en su pueblo natal tras diez años, también está grabando su nuevo álbum, el segundo, en el que incluirá algo de lo que tocó el viernes.

El final encontró a todos juntos sacándole lustre a una gema que refleja la riqueza musical a ambos márgenes del Río de La Plata, cual es el caso de El tiempo está después de Fernando María Cabrera Seijas.

Chino Castro.