2 de noviembre de 2024

ENTREVISTA

ENTREVISTA. "El que me conoce sabe que di todo por la gestión, y cuando uno se gasta debe irse a su casa"

Lucas Ezcurra habló con La Mañana tras su salida de la Dirección de Obras Públicas.

por
Ángel Pesce

Lucas Ezcurra dejó de ser el Director de Obras Públicas de la Municipalidad de Bolívar ya hace un par de meses (días antes del pasado 31 de agosto presentó su renuncia). Había ingresado en la gestión del intendente Juan Carlos Simón (UCR, 1995- 2009) a colaborar en el área, aportando sus conocimientos como maestro mayor de obras.

Fue quedando en la estructura como planta permanente y cuando llegó Eduardo "Bali" Bucca al gobierno (FPV-PJ, 2011-2017) le ofreció estar al frente de esa cartera. Ezcurra fue varios años director de Obras Públicas hasta que Marcos Pisano decidió prestigiar el área y luego de que la mudaran del Corralón Municipal al Parque Industrial la jerarquizó como secretaría. Duró poco, es cierto, el triunfo en 2023, acompañado del triunfo de Javier Milei en Nación, hizo que el Ejecutivo se tuviera que ajustar el cinturón y una de las secretarías que cayó nuevamente a dirección fue la que tenía Ezcurra a cargo.

Si bien fue con Pisano con quien mejor trabajó por distintos factores, Lucas había anunciado a sus más allegados que tenía ganas de alejarse de la gestión. Lo hizo antes incluso de que la lista de Unión por la Patria cayera en las PASO del año pasado. Pero en octubre el resultado se revirtió, Marcos Pisano continuó en el municipio y le solicitó que lo acompañara un tiempo más para cerrar algunos trámites de obras que habían quedado inconclusos.

Llegó agosto y Ezcurra sabía que se iba. Los que trabajaban con él sabían que la decisión estaba tomada y que nada lo iba a hacer volver marcha atrás, incluso conocían de otros emprendimientos que estaba por poner en marcha más allá de su profesión, que le empezaban a ocupar el tiempo libre y lo alejaban de la vorágine de la gestión para que el desarraigo del municipio se notara menos o nada.

¿Contento con la decisión que tomaste?

- Fue una decisión difícil después de tantos años en el ámbito municipal, desde 2006. Yo ya había sentido ganas de volver al ámbito privado un tiempo atrás, mi ideal del paso por la función pública siempre fue de un solo período, de 4 años y así lo encaré. Después uno se embala y haciendo un buen balance de ese primer período seguimos trabajando pese a que no era la idea inicial. En algún momento apareció un ofrecimiento que me pareció interesante como señal de apoyo, algo que valía la pena encarar que fue la Secretaría de Obras Públicas, era el cargo mayor al que podía aspirar, así que ahí renovamos energías, lo asumimos y fue una experiencia muy valiosa.

Fue como un premio a la trayectoria y también a tu involucramiento político en el último tiempo...

- Yo siempre renegué de la parte política, me veo más ligado a la parte técnica, más habiendo hecho un recorrido exclusivamente técnico y sin haber tenido ningún tipo de militancia, vengo trabajando desde el último tiempo de la gestión de Simón, después con José Gabriel Erreca no tuve participación política. Siempre destaco que nunca se me obligó a repartir una boleta, nunca se me insistió a nada, trabajaba junto al ingeniero Alberto Amado, para quien siempre tendré palabras de agradecimiento porque siempre fue muy amable conmigo, ni hablar de Federico Rivadeneira. En el cambio de la gestión (2011) fue simplemente ponerme a trabajar, cumplir las tareas que se me asignaban con la mayor responsabilidad, y así llegó en un momento el ofrecimiento de Bali para que ocupe la Dirección de Obras Públicas, que para mí fue un orgullo y la acepté rápidamente y me puse al frente de un equipo integrado por gente que en muchos casos veníamos trabajando desde hacía un montón de tiempo, con una relación de mucha cercanía.

Y generacionalmente eran más cercanos a vos, distinto lo de Simón que era gente más grande...

- Sí, el perfil de los funcionarios de Bali por ahí se adaptaba un poco más en cuestiones generacionales. Siempre me atrajo mucho la visión de ciudad que tuvo Bali, la propuesta, era ocupar un cargo para conducir un área que iba a ser relevante durante todos estos años de gestión, salvo en momentos de pandemia que se bajó la intensidad de trabajo. La obra pública, políticamente, siempre fue uno de los caballitos de batalla de la gestión. Con el tiempo uno le empieza a tomar un poco el gustito, no sé si a la política, sí a la exposición.

Te dieron la posibilidad de mudar Obras Públicas del Corralón al Parque Industrial...

- Sí, creo que fue un apoyo más que a nivel personal para todo el equipo en general, que siempre estuvo a la altura, tanto al equipo técnico que lo fuimos conformando con el tiempo, es muy difícil armar equipos de trabajo y nosotros en un momento tuvimos la posibilidad de traer profesionales que estaban afuera. Fue una experiencia fantástica trabajar con el ingeniero Lucas De Marco, con toda la experiencia que trajo, aprendimos mucho de él. Con la ingeniera Florencia Estellrich que hoy está a cargo de la Dirección de Planeamiento. Con Denisse Luis que hoy está coordinando las tareas en Obras Públicas; con el ingeniero Lucas Sarraúa, un técnico en seguridad e higiene que fue un pedido mío en cada uno de los Presupuestos que armábamos porque el área fue creciendo y creíamos que era relevante. Ni hablar Martín Poffo, que me estuvo acompañando desde el primer día, entre los dos hacíamos prácticamente todos los trabajos de desarrollo técnico. Después sumamos a un maestro mayor de obras, Brian Velázquez.


Fijate cómo respetaron tu trayectoria y antigüedad en el área que siendo maestro mayor de obras condujiste a gente con títulos más importantes...

- Sí, la verdad que siempre fueron muy respetuosos. Uno con el tiempo se va habituando a los problemas de la ciudad y aprende a "correr la cancha", llega un momento en el que sabés a qué lugares ir; después está que se pueda llegar con las soluciones o no, hay cosas que son de corto plazo, como un bache; hay cosas que son de mediano plazo como urbanizar un sector de la ciudad y llevarle servicios; y otros son de más largo plazo como el saneamiento pluvial de un barrio o una obra de infraestructura importante.

La Benito Lynch y la Jorge Newbery fueron un dolor de cabeza sobre todo cuando llovía mucho...

- Sí; pero nunca le sacamos el hombro, siempre estuvimos ahí poniendo la cara. Si bien la solución todavía no está, sí se hizo un montón desde lo técnico.

Pareciera que la mayoría de los vecinos lo entendió...

- El día que comuniqué mi salida de la Municipalidad recibí muchos mensajes muy lindos de vecinos de distintos puntos de la ciudad, uno fue de una vecina de calle Balcarce entendiendo que por lo menos estuvo el compromiso de tratar de solucionarlo. La solución definitiva será cuando se ejecute la obra que tanto tiempo nos llevó proyectar a través de un convenio con Hidráulica. Fueron casi dos años de trabajo, el proyecto está ahí, lo desarrollará esta gestión, la que venga o la que siga, alguno lo va a hacer y esa es la solución.

Era para que Planeamiento en su momento no aprobara un loteo ahí...

- Primero habría que haber hecho la infraestructura, fueron responsabilidades compartidas de varias gestiones, de varios de los actores que fuimos parte, no me quito mi grado de responsabilidad.

Pasa que vinieron las 100 viviendas de Techo Digno y estaba ese lugar...

- Sí, además no era un lugar difícil para llevar infraestructura, de hecho se le llevó gas, cloacas, agua potable, tiene una plaza, una planta presurizadota de agua, iluminación, mejorado de las calles, se avanzó un montón; pero hay un problema estructural que todavía no se ha podido solucionar. Sí se sentaron las bases para que en algún momento o se haga la obra definitiva, y por otro lado todos los paliativos posibles, cada vez que llovió el vecino nos vio trabajando ahí y no fue una cosa de ir para sacarnos una foto ni mucho menos.

A riesgo de que te insultaran...

- Sí; pero hay que ir y es parte de la responsabilidad de la función pública.

Pero no todos lo hacen, y creo que eso los vecinos también lo ven...

- Sí, puede ser. En algún momento estuvimos muy cerca de concretar la obra, a un paso de obtener la no objeción técnica para tener el financiamiento y se dio en un cambio de gobierno. Hoy tenemos el problema focalizado ahí y hay algún problema de escurrimiento por atrás de calle Pincén, prolongación Las Heras. Cuando ingresé a la Dirección una década atrás era ir a calle Los Hornos, atrás de Villa Diamante, que estaba todo inundado siempre, el canal desbordaba y teníamos que estar ahí sacando basura. La Lynch y la Balcarce también inundadas. Prolongación Av. Tres de Febrero con problemas de escurrimiento, Av. Juan Manuel de Rosas también tenía sus problemas. Teníamos el desborde permanente del canal lindero a la Escuela Técnica, que ahora nadie se acuerda porque pasás y hay una senda peatonal muy linda, iluminada. En la zona donde hoy está el nuevo edificio de la Escuela N° 502, detrás de Anteo Gasparri, también había otro canal que desbordaba. Con el tiempo todo eso se fue resolviendo, y fueron obras importantes, inclusive muy conflictivas a la hora de ejecutarlas. Hay que conocer los problemas, cualquier persona que ocupe un cargo dentro de la función pública debe conocer los barrios, en la militancia que tuve de caminar los barrios en campaña en este último tiempo, me ha tocado renegar porque iba con gente que no conocía los barrios, y eso es transversal a todas las fuerzas políticas, es muy difícil forzarlo. Ahí es donde más disfruté mi militancia política, porque llegaba a un barrio y sabía cuáles eran los problemas, iba a Colombo y sabía cuántas cuadras faltaban pavimentar, pero también sabía el historial del barrio para poder hablar con los vecinos que venían y te decían "acá nunca hicieron nada". Bolívar ha crecido un montón hacia todos los sectores, mayoritariamente se ha dado ahora el crecimiento hacia sectores del sur de la ciudad y ha ido acompañado de infraestructura. A los nuevos desarrollos hay que tratar de llevarles los servicios lo antes posible, que cada nuevo desarrollo no sea el Villa Diamante de hace 40 años.

La Portada es un barrio viejísimo que ahora está un poco más poblado, y tiene problemas de agua potable...

- El problema ahí es haber plantado un barrio que está verdaderamente muy lejos del resto del tejido urbano. Hoy todavía hay muchísimos lotes vacíos en Barrio Parque, Barrio Pompeya y El Recuerdo, y están esos nuevos loteos que tienen la mano del privado. El Estado tiene que acompañar y marcar lineamientos de hacia dónde cree conveniente que la ciudad crezca, y para eso hacen falta ciertos consensos también, no puede ser que una gestión municipal piense en que tiene que crecer para el norte y la siguiente piense que debe crecer para el sur.

Cuando éramos más chicos parecía una locura que alguien fuera a ir a vivir frente al cementerio...

- De chico iba a la laguna que estaba detrás de la Barraca de Alonso y ya ahí no había nada, era totalmente impensado, cruzabas la ruta y te parecía que ibas a Daireaux, y hoy vivo en Barrio Los Troncos, cruzo todos los días y estoy fascinado con el barrio, no lo cambio por nada, me encanta cómo está, todo lo que ha crecido y se nota mucho la diferencia con cómo estaba hace 20 ó 30 años atrás.

Es que hace no tantos años desde la Plaza de Casariego (la Simón Bolívar) se veía el Club Santa Ana y viceversa, hoy es imposible, eso te habla de lo que creció ese lugar...

- Sí, en algún momento el Club va a ser un problema porque es un lote grande, enfrente está Barrio Los Tilos y las sociedades cambian, el nivel de tolerancia de las personas no es el mismo y en algún momento el desarrollo urbanístico que se dio enfrente (del otro lado de la Calfucurá, hacia la Av. 25 de Mayo) puede generar un espejo que haga que las instalaciones de Santa Ana queden rodeada por la urbanización.

Le pasa a la Sociedad Rural...

- Sí, en algún momento ellos generaron un proyecto urbanístico (presidencia de Fernando Alzueta), de loteos, de reemplazar los corrales, con esto no digo que la Rural o el Club Santa Ana tengan que vender sus predios.

¿Por qué había tanto badén profundo en Bolívar que vos fuiste mejorándole la profundidad y quitándole peligrosidad para los vehículos?

- Eran cuestiones de diseño; pero es cierto que gente que no es de la ciudad rompió más de un cárter ahí. Aprovechamos un momento que tuvimos un programa muy intenso de bacheo, eran sectores que estaban muy deteriorados, hicimos las nivelaciones, rompimos una losa más, eso nos permitió extender la inclinación de ingreso y salida sin quitarle profundidad. De esa forma pudimos corregir el histórico de la Av. 25 de Mayo, el de la prolongación Av. Juan Manuel de Rosas y el de la esquina de la ex ENET. Son correcciones que pudimos hacer, que no son mega obras; pero que le cambian la realidad a las personas que pasan todos los días por ahí, eso es lo lindo que tiene la actividad pública, de hacer cosas que sirvan y que queden. La actividad privada me encanta, decidí que me iba a dedicar a lo que hoy me dedico cuando iba a la escuela primaria, tuve la posibilidad de irme a estudiar muy joven, a los 16 años me fui a vivir a Olavarría solo y ya a pensar un futuro. Ahora estoy tratando de volver, he tenido la posibilidad de reinsertarme rápidamente.

Es que la actividad pública te hace conocido...

- Sí, puede ser, lo que sí es muy enriquecedor en términos de experiencia, fui parte de muchas obras grandes.

Te fuiste sin semáforos y con menos lomos de burro, el tránsito sigue siendo todo un tema...

- De los reductores de velocidad siempre fui medio enemigo, entiendo que en algunos sectores es el mal menor, lamentablemente, lo idea sería tener una ciudad que no tuviera ni un reductor de velocidad. Los semáforos no llegamos a concretarlos, presupuestariamente es un costo muy elevado, sí hicimos un trabajo de estudio de aforo en vario sectores de la ciudad con algunos pasantes que tuvimos, eso nos sirvió para identificar el flujo de tránsito en los lugares en los que estuvieron dispuestos en los picos horarios, eso lo coordinó Denise Estellrich, que incluso está haciendo su tesis de ingeniería con el estudio de tránsito de Bolívar. Hay que ver si en algún momento que haya que poner un semáforo, complementariamente no se tenga que tomar una medida de las menos simpáticas que es restringir lugar de estacionamiento.

Las avenidas Lavalle y Almirante Brown creo que van a eso...

- Posiblemente. Yo siempre estuve más del lado de pensar que Bolívar no tiene un problema de flujo de tránsito.

¿Qué pasó con el pavimento de la prolongación Juan Manuel de Rosas que se deterioró tan rápido?

- Está visible el deterioro y no tiene relación con el tiempo de construido, debería estar mucho mejor. Eso se hizo una parte en 2017, también se hizo el pluvial y en época de lluvias. Muy posiblemente tenga problemas de compactación de suelo, puede ser uno de los problemas o el problema.

Bolívar es muy arenoso...

- Sí; pero para cada suelo tenés un diseño de paquete estructural, todo se puede hacer o adaptar; pero es cierto que algo pasó que la obra no resultó de la mejor manera. En un tramo de Avenida Mariano Unzué también pasó que hubo un deterioro muy rápido, ahí hicimos las pruebas y dio que en un tramo no daba la resistencia del hormigón, por lo que la empresa tuvo que venir, hacer la demolición y reconstruir todo el tramo. En su momento fuimos criticados por eso, decían "la Municipalidad está rompiendo donde hizo el pavimento hace poco", y fue algo que la Municipalidad hizo bien, porque controló y logró que la obra se hiciera de nuevo y bien porque estaba dentro del período de garantía. La calidad del pavimento muchas veces termina siendo mejor la que hace el municipio porque tiene un personal muy calificado, hoy la cuadrilla de pavimento tiene personas con más de 20 años de antigüedad.

¿Qué hacemos cuando se jubilen esos, vienen otros más abajo?

- Siempre ha renovación, en no mucho tiempo se va a jubilar Darío Ruiz que es uno de los capataces históricos, no quedan muchos que hayan estado antes que yo, Roberto Aroca es otro que está desde hace tiempo. Hemos sido bastante responsables en el manejo del recurso humano, pasó casi una década desde que asumí la Dirección de Obras Públicas, a principios de 2016 hasta que me fui, y la cantidad de trabajadores del área siempre rondó entre los 22 y 24 operarios, entre técnicos y todo, no fue un área que creció en número, es una discusión que siempre di puertas adentro, creo que hay que optimizar los trabajos, los rendimientos. La Dirección de Obras Públicas, con el apoyo político de Marcos y de Bali, hizo grandes inversiones, se trajo un mixer y se dejaron de hacer las tareas de hormigonado con los viejos camiones volcadores y la vieja planta hormigonera, después vino un segundo mixer, luego se empezó a aprovechar una máquina que se había comprado en la gestión de (José Gabriel) Erreca, que es para hacer cordones, y después se hizo esta gran inversión de armar un espacio exclusivo, que es algo inédito, no hay muchos casos en la provincia de Buenos Aires que existe este corralón exclusivo para Obras Públicas. José Gabriel Erreca en campaña, en 2011, ya hablaba de empezar a mudar el Corralón, Bali iba en el mismo sentido. Siempre con la mirada de que Bolívar podía empezar a crecer ahí, después explotó y se desarrolló este polo educativo que tiene un montón para dar.

¿Cómo entraste a Obras Públicas? ¿Pensaste que ibas a durar tanto?

- Yo trabajaba con Hernán Mansilla, el primer acercamiento como técnico lo tuve ahí, trabajaba para él como dibujante y empezaba a tener algunos trabajos particulares. Federico Rivadeneira era amigo de Hernán, iba a la oficina, empezamos a tener contacto, en algún momento me interesó la posibilidad de trabajar para el municipio porque tampoco tenía mucho trabajo privado. Lo hablé para ver si había alguna posibilidad y no se dio en su momento porque antes no era tan fácil incorporar personal a la Municipalidad. El lugar que podía ocupar de dibujante lo ocupaba un arquitecto, Fernando Brindesi, que estaba desarrollando el proyecto de la ampliación de la terminal. Unos meses después Fernando dejó de trabajar y Federico me llamó para ver si me interesaba. En ese momento ya había empezado a tener trabajos privados, entonces lo tomé como una prueba. Entré ahí, dibujando, para terminar el proyecto de ampliación de la terminal, y después con el tiempo fui teniendo más participación en distintos proyectos, Alberto Amado me empezó a dar un poco más de responsabilidad; pero no me imaginaba de hacer una carrera tan larga y llegar a ser secretario de Obras Públicas, muchísimo menos. Después con el tiempo uno hará un análisis de lo que fue la carrera en el ámbito municipal; pero las sensaciones que me quedaron son muy buenas.

Cuando llegó Bali, ¿pensaste en irte o en seguir?

- No, se empezó a hablar de que la Dirección o Secretaría de Obras Públicas la iba a ocupar Hernán Mansilla, con quien yo siempre tuve trato por haber sido mi primer empleador, me lo volví a encontrar en la Municipalidad. Me preguntó qué quería hacer, si me quería quedar tenía todas las posibilidades para seguir, me quedé y de a poco me empezó a dar algunas tareas que tuvieran que ver con obras en el Hospital, y ahí tuve la oportunidad de mostrarme. Ahí lo conocí a Bali, trabajando para la ampliación de la guardia, jamás había hablado con él, ni siquiera lo había votado. Yo había tenido un trato muy amable del Ejecutivo saliente, si bien no compartía la visión de ciudad, yo tengo otra mirada, no quita que a nivel personal fue gente que se portó muy bien conmigo, ellos nunca me pusieron como condición que me pusiera a trabajar con ellos en la parte política. Cuando se terminó su primer período en 2015, Bali me llamó y me dijo que estaba contento con mi desempeño y que me iba a tener en cuenta para ocupar alguna Dirección, que todavía no o tenía definido, eso para mí ya era un montón, un orgullo que el intendente me reconozca el trabajo que había hecho, y nadie me puede reprochar que no haya hecho el trabajo con el mismo compromiso siempre, con Simón, con Erreca, con Bali o con Marcos, di absolutamente todo, y cuando entendí que no tenía más para dar o que no lo podía encarar de la misma manera, termino dando un paso al costado, que era algo que venía hablado desde hacía meses. La primera etapa de esa Dirección Bali fue muy buena, hicimos un montón de obras, varias impensadas, cantidad de cuadras de pavimento, muchísimo bacheo.

Villa Diamante es tuyo...

- Sí, hicimos un montón de cuadras, quedó solamente la de acceso, que está la intención de hacerla, hicimos pavimento en las localidades, en Pirovano hacía un montón de años que no se hacía, también hicimos viviendas. En Urdampilleta con personal nuestro hicimos pavimento. El 2019 fue uno de los mejores años de la gestión, porque tuvo mucha correlación entre lo que planificamos con Marcos y lo que terminamos ejecutando. Tuvimos mucho apoyo puertas adentro, la cosa fluyó y el equipo estuvo súper a la altura. En el mismo año hicimos cordón cuneta en Pirovano, pavimento en Urdampilleta, el ensanche de la avenida Fabrés García, todo con el mismo personal; también la vereda con iluminación en la avenida Calfucurá, cordón cuneta con mejorado en todo barrio María del Carmen, e hicimos la plaza del parque, donde están los juegos frente a la glorieta. Creo que desde Obras Públicas le aportamos para que Marcos fuera el intendente más votado en la historia de la ciudad. Esperábamos con todo eso arrancar un 2020 más tranquilo, la tranquilidad duró poco, hasta que un chino se resfrió, apareció el Covid 19, la pandemia, y lo demás ya es todo historia conocida.

La secretaría llega ahí...

- La secretaría llega a la salida de la pandemia, ya nos habíamos mudado, inauguramos y poco después llegó el cargo. Lo habíamos hablado previamente, no me auto postulaba pero sí entendía que el volumen de trabajo demandaba que hubiera una persona que ocupara la coordinación general. Tuve la libertad de armar equipo, para eso tuve un apoyo importantísimo de Marcos, pudimos sumar a todo este personal y ahí tuve una tarea totalmente distinta a la que venía teniendo, dejé de dibujar, de desarrollar proyectos, de hacer cálculos, y sí estuve coordinando el equipo y con más presencia en la parte política. Hubo obras que no se pudieron concretar por cuestiones ajenas a nosotros, como el corte de financiamiento, cuestiones que pasan en un país que venía con un montón de problemas y de no haber sido así el peronismo hubiera ganado las elecciones, Milei no llegó porque sí, sino porque había un contexto que era adverso. Podemos tener responsabilidad en alguna obra que se demoró un poquito más o menos, pero los cortes de financiamiento vinieron. La obra de las colectoras, estaba en marcha, se estaba siguiendo el plan de trabajo, se estaba haciendo de buena calidad, un proyecto que nos llevó un montón de tiempo desarrollarlo, que lo hicimos en pandemia casi siempre de manera virtual. Pero se cortó en financiamiento y quedó el proyecto y una parte de la obra a la que le tuvimos que hacer algunos ajustes para que se pueda utilizar.

Cerraste una etapa...

- Sí, uno no se tiene que atornillar a los cargos, creo que parte de la labor de los funcionarios y de los dirigentes políticos es generar las sucesiones, que es un problema, lo fue para el radicalismo, creo que lo es ahora también, hay que trabajar para que los lugares no se personalicen. Hay que aprender a delegar y que los equipos funcionen como equipo, no que todo funcione porque el líder le pone todo el empeño, la cosa tiene que ser más compartida, de hecho ahora se dio mi salida y el equipo sigue funcionando porque los que quedaron ya conocen la dinámica, ninguno de los que está son improvisados, todos hace un buen tiempo que están. La labor del funcionario, en el tiempo que le toca estar lo tiene que dar todo. Para lo que es la historia de la ciudad, 4 años no son nada, el que me conoce sabe que di todo, y cuando uno se gasta, cuando ya no tiene tantas ganas de poner la cara, de responder al vecino, de dar una entrevista o renegar por alguna cuestión burocrática, a su casa.

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