19 de octubre de 2024
por
Víctor Agustín Cabreros
Casi sin darnos cuenta pasaron 25 años desde aquel día cuando Marcelo Tinelli tuvo la idea de regalarle el nombre de su padre al Maratón Internacional.
Antes de ello, y
también después, había construido con su propio apellido una marca que,
generosamente, se la prodigó a su pueblo, ese que lo vio nacer en los altos de
la calle Alvear en un abril de 1960.
Bolívar es lo que es
gracias a sus hijos. Y será mejor y aún más grande siempre que esos hijos
derramen los frutos de su talento en estas tierras. Somos lo que nos dejaron
los soñadores, los creativos, los talentosos y sobre todo los que, siéndolo, no
se aferraron a sus conquistas efímeras (siempre es efímera la conquista de un
hombre) con el egoísmo de quien atesora en una vitrina sus trofeos, sino que se
animaron al compartir, esa actitud que siempre nace desde el amor profesado.
Por eso estas calles respiran poesías de Luis Mallol, curan con la sapiencia de Anteo Gasparri, se enaltecen con las figuras de Capredoni y Pedro Vignau, el arte de Sangrígoli, la santidad del padre César, la docencia de Adolfo Cancio. Marcelo estampó su nombre entre ellos dándole a su Bolívar una identidad que superó las propias fronteras de país. Lo hizo y lo sigue haciendo cada primavera invitando a una fiesta popular que, por serlo, siempre es mejor y más completa.
Hoy celebramos juntos la 25ª edición del Maratón Dino Hugo Tinelli. Con Marcelo, claro, entre nosotros.
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POLICIALES
Su autor está detenido en Sierra Chica por un delito posterior y se aprehendió en un allanamiento y requisa a quien resultaría ser su cómplice.