11 de febrero de 2025

ENTREVISTA

ENTREVISTA. Una montaña rusa de emociones a través de las canciones

Yésica Gallo nos cuenta quién es en clave musical.

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por
Chino Castro

En la primera entrega del modelo de entrevista que este diario puso en circulación hace unos años, Yesica Gallo nos cuenta quién es a través de canciones. Canción sobre canción, diría ella (así tituló el mail que se tomó el trabajo de contestarnos), una montaña rusa de de emociones regida por melodías, armonías, voces y letras; un subibaja que también sabe ser hamaca.

Una canción a la que le confiarías tus secretos.
- Me asomo, de Olga Román interpretada por Juan Carlos Baglietto. Es una canción que siempre que la escucho me invita a ser quien quiero ser, sin importar nada más que eso.

Una canción para recorrer el mundo volando como un pájaro.
- El túnel de la vida, del Plan de la Mariposa. Cuando la escucho siento que floto, me relaja, me hace pensar en mi camino y con quienes ando por la vida.

Una para envolver caramelos o bombones.
- Para siempre, de Kanny García. Solo compartiría dulces con alguien que estará para siempre en mí.

Una que abrigue.
- Tengo dos: El matecito de las siete, de Luna Monti y Juan Quintero, y Confieso, de Kanny García. Ambas se sienten como un abrazo de mi papá.

Una en la que esconderse cuando los malos quieran entrar en tu casa.
- Mundo Agradable, de Serú Girán pero a mí me encanta la versión de David Lebón con Ricardo Mollo. Es un tema que me gusta escuchar para creer que hay esperanzas, que no está todo tan perdido como se siente a veces.

Una que huela a la casa de la abuela.
- Al olor del hogar, de Bersuit Vergarabat. Me parece ver a la abuela Delmira preparando todo para hacer ñoquis y yo esperando que me dé el ñoquero para ayudarla.

Una canción en la que soñar.
- La versión de Pedro Aznar de Quedándote o Yéndote, de Luis Alberto Spinetta. Combinación perfecta: letra de Spinetta con la voz de Pedro.

Una que sirva como flecha para viajar lejos y rápido.
- Seremos, de Salta la banca, me encanta esta canción para viajar. Me dan ganas de cantarla a los gritos, jajaja. Cuando viajás no hay nada mejor que escuchar música al palo y cantar a los gritos como si estuvieras en un karaoke con algunos tragos de más.

Una para encender la mañana de un día más, uno cualquiera.
- La Fiesta, de Pedro Capó. Me pone pilas, la tengo como alarma para despertarme.

Una con sabor a madrugada, a esa hora en que la noche va entregándose de a poco a la luz.
- Lo nuestro tiene magia, de Cruzando el Charco.

Una en la que perderse, como si fuera un laberinto.
- El príncipe del manicomio, de Adrián Abonizio. Siempre me recuerda la fragilidad de la mente y la importancia de un cable a tierra. La interpretación de Baglietto y Vitale es tan desesperante, como debe ser perder la cabeza.

Una donde sentarse a tomar algo en un atardecer de otoño.
- Chachachá, Pruébame a Ti o Beso, de Jósean Log, cualquiera de él. Es para relajarte y disfrutar de un atardecer con solcito suave y una leve brisa en la cara.

Una para regalarles a tus padres, como si les dieras tu corazón.
- Las cosas tienen movimiento, de Fito Páez. Amo a versión de Baglietto y Vitale, la escucho y no puedo no pensar en lo que significan mis papás para mí. A donde quiera que voy, de Miguel Cantilo, es una canción que me habría encantado escucharla con mi papá.

Una canción donde hacer el amor.
- Toque de queda, de Jorge Drexler con Leonor Watling. Es una canción muy sensual. Suma mucho que quienes la cantan sean pareja, se siente la conexión entre ellos cuando la escuchás.

Una con forma de barrilete.
- La vuelta al mundo, de Calle 13.

Una para mojar en el café, como una galletita dulce para merendar.
- El tesoro, de El mató a un policía motorizado, pero la versión de Natalie Pérez con Santiago.

Una canción agria, que prefieras evitar porque te hace mal.
- Quebrado, de Pedro Aznar. Me encanta pero me cuesta escucharla porque tiene mucho dolor, está rota, literalmente.

Una con cara de perro rabioso, que te dé miedo.
- Ciudad de pobres corazones, de Fito Páez.

Una en la que te sientas valiente para enfrentar lo que sea.
- Otra sudestada, de Bersuit Vergarabat. Es sobreviviente, revolucionaria, te dan ganas de salir a luchar contra todo y a pesar de todo.

Una canción donde se podría envasar el cielo.
- Amapola, de Juan Quintero. Parece tan chiquita pero cuando la sentís sin lugar a dudas cabe el cielo.

Una con aroma a niño, que te dé esperanzas de que mañana puede ser mejor.
- Regalitos, de Luna Monti y Juan Quintero. Es muy tierna, la escucho y sonrío como si me estuvieran abrazando y diciendo que todo está bien.

Una que se parezca a vos.
- Esta es la más difícil de elegir, será porque me cuesta mirarme o se me confunde con cómo me ven. Podrían ser Esperando el impacto, de la Bersuit, o Polvo de estrellas, de Jorge Drexler, porque hablan de mí, de lo que pienso y siento pero mi canción hace muchos años es Azul, de Juan Carlos Baglietto. Es la que me habría gustado escribir, es mi color favorito, es una canción que me acompaña hace muchos años (incluso me chocaron cuando la estaba escuchando, jajaja), y siempre que la escucho, me escucho.

Yesica Gallo es locutora y licenciada en Comunicación Social. Desde muy chica incursionó en la radio, y siempre tiene ganas de volver. Trabajó en radio, televisión y portales de noticias de La Plata y Bolívar. También estudió el profesorado en Docencia Superior, está terminando la tesis de Especialización en Comunicación Digital y por comenzar a cursar el tercer y último año de la tecnicatura en Desarrollo de Software.

Tras siete años de trabajar en la Dirección municipal de Prensa, a finales del año pasado comenzó a desempeñarse en la Dirección de Cultura. Además, desde hace dos años está a cargo del taller de Usos de Dispositivos Móviles que brinda la Dirección de Adultos Mayores, y ofrece servicios como freelance en gestión de redes sociales, redacción para portales y como capacitadora en radio, periodismo y locución.

En cuanto a lo personal, nos cuenta que le gusta "mucho" la música, sobre todo el folclore y el rock nacional, y el cine (ahora también en formato de serie) basado en hechos reales, policiales y políticos. "Me gusta escribir, viajar y leer pero me cuesta encontrar el tiempo para lo último porque desde los 18 años en que comencé a estudiar, siempre que me conecto con la lectura es desde lo profesional", confiesa nuestra entrevistada, que prefiere "el invierno, el río" y le gusta hacer deporte: "Desde hace algunos años intento jugar al pádel pero pasé por el básquet mucho tiempo de la infancia y adolescencia, y siempre estoy esperando recuperar el tiempo necesario para volver a saltar en kangoo jumps", enumera. "Ah, y mi comida favorita es la tarta de jamón y queso y amo el helado, ¡sobre todo el de mascarpone!".

Como convite anexo: quizá no estaría mal que hiciéramos el ejercicio de ir a por esas canciones que propone Yesica, y abandonarnos al placer de escuchar por escuchar, que sería una linda manera de ganar -o recuperar- tiempo para nosotros, cuando la cultura actual nos confina a ser productivos, utilitarios y pragmáticos.


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