5 de enero de 2025
Escribe: Mariano Hernández. Médico Veterinario. DCA.
Hablar de Brucelosis bovina es hablar de un viejo problema que a más de un productor le ha causado dolores de cabeza. Para refrescar la memoria recordemos que esta enfermedad se conoce desde la antigüedad, su importancia reside en el hecho que causa la mayor cantidad de abortos en bovinos de la Argentina; se transmite a los humanos, causando diversos problemas agudos y crónicos, a niveles óseos, neurológicos y cardíacos.
A pesar que muchos países desarrollados (como EE.UU.) no han logrado su control, por la importancia productiva y de salud pública, esta enfermedad es usada como factor condicionante en el mercado mundial de carnes. China, por ejemplo, hace unos años abrió la oportunidad de comercializar cortes de carne que anteriormente se destinaban para consumo interno y prácticamente no tenían demanda en Europa y otros países .La apertura comercial fue posible bajo condiciones estrictas respecto a enfermedades como Brucelosis y Tuberculosis.
En el país se vienen desarrollando varios planes sanitarios desde la década del ochenta. En principio tenían como motivo la erradicación. Luego de un par de intentos, no se logró la tan deseada erradicación, pero hubo un marcado avance en la lucha contra la enfermedad. Posteriormente se cambió el enfoque: de aplicar planes estructurados y rígidos, se optó por una modalidad más moderna y ágil. Actualmente se está ejecutando un plan estratégico con tendencia a durar unos veinte años, con cambios específicos cada uno o dos años.
Lo que no ha cambiado desde el principio es la administración preventiva de vacuna con cepa 19, aplicándose en hembras de entre 3 y 8 meses. La inmunidad que adquieren dura aproximadamente 6 meses. Se exige que los animales hembras mayores de 18 meses de edad deban ser negativos al diagnóstico. En caso de ser positivos, tienen como único destino la venta para faena. Un diagnóstico previo a los 18 meses sirve para evaluar la efectividad de la vacuna.
Sobre mediados de los '90 ingresó al país la vacuna con cepa RB51 desarrollada en EE.UU. Prometía resolver un problema preocupante: la persistencia de títulos positivos al diagnóstico en animales mayores de 18 meses de edad, a partir de la aplicación inadecuada de la vacuna por cepa 19 o por variaciones biológicas. También prometía una respuesta más efectiva que la cepa 19, como parte de las virtudes; pero la contraparte se encuentra en la imposibilidad de detectar su efecto en animales ni en humanos, al menos en el país. En EE.UU. existen métodos que permiten evidenciar su accionar, pero además de sus altos costos, no están homologados en la Argentina. En animales si no se puede detectar, no se puede medir su efecto. En humanos, la causa más frecuente para enfermarse es el contacto con animales enfermos; pero también por la inyección accidental de vacunas en personas (técnicos o profesionales) que aplican y manipulan las vacunas.
Pocos años después se retiró del mercado argentino, por falta de evidencias que sustentaran la supuesta eficacia. Con el paso de los años países vecinos de la región comenzaron a usarla en reemplazo de la cepa 19, porque aseguran que es más eficaz.
En la Argentina, como consecuencia de su geografía e idiosincrasia, es muy difícil establecer un plan exitoso en corto tiempo. Los últimos informes de situación de SENASA indican que las tasas de establecimientos positivos son medianamente altas en provincias en las cuales se ejecutan planes, como en provincia de Buenos Aires; mientras que en otras no se sabe porque no hay ejecución de planes, o se hace poco.
En otro sentido, existe una versión nacida de boca a boca, la cual sostiene que animales vacunados pueden enfermarse siendo adultos y que a los mismos si se los vacuna con RB51 se curan. Otros rumores afirman que hay productores que importan la vacuna ilegalmente y la aplican con gran éxito. Como suele ocurrir con los rumores, no hay evidencias. Lo cierto es que cuando un animal está enfermo de brucelosis, vacunándolo no se cura. También es cierto que laboratorios nacionales están fabricando vacunas con cepa RB51 y DELTAPGM (una cepa similar) en principio para exportarlas.
A partir de agosto de este año, a través de la Resolución 957/2024 de SENASA, se estableció la "vacunación estratégica voluntaria con cepas RB51 y DELTAPGM para animales categoría vaca con edad igual o mayor a 24 meses, las cuales deben haber sido vacunadas de terneras con Cepa 19 y se encuentren comprendidas en un período de pre servicio y/o post parto". Aunque no se menciona directamente, la aplicación de estas vacunas requiere el asesoramiento y supervisión del veterinario que es corresponsable en el rodeo y bajo las condiciones que se deseen utilizar.
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